Clinton, en contra del espionaje económico

RÍO DE JANEIRO.- Cuando el gobierno de Barack Obama creía que ya se había calmado el enojo de Brasil en torno al escándalo por el espionaje practicado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Bill Clinton agitó nuevamente las aguas. Aunque el popular ex presidente demócrata defendió la intercepción de comunicaciones con fines antiterroristas, condenó la recolección de datos económicos, como sucedió con la compañía brasileña Petrobras.
"No deberíamos levantar información económica bajo el pretexto de la seguridad. No de un aliado", afirmó Clinton, en entrevista al diario O Globo, poco antes de encabezar en Río de Janeiro los debates de la Iniciativa Global Clinton, reunión anual de líderes que por primer vez tuvo lugar en América latina para discutir soluciones sustentables para los países y metrópolis en desarrollo.
El escándalo del espionaje -en Brasil y otros países aliados, entre ellos Alemania, Francia, España y México- estalló luego de que el ex agente de inteligencia de la NSA Edward Snowden filtró documentos que mostraban que Estados Unidos había interceptado llamadas, mensajes telefónicos y correos electrónicos de ciudadanos alrededor del mundo, incluida Dilma Rousseff. Las revelaciones llevaron a la presidenta brasileña a exigir explicaciones a Obama y, al no recibirlas, a cancelar una visita de Estado que estaba planeada para octubre.
Según Clinton (1993-2001), es necesario tener una conversación clara, seria y abierta entre Washington y sus aliados para explicar por qué la recolección de datos puede llevar a evitar ataques terroristas.
"Tengo información concreta de que salvamos vidas rastreando patrones de conversaciones. El tema generó controversia, pero muchos gobiernos desearían que sus servicios de inteligencia hicieran lo mismo (...). El problema es la falta de transparencia y la falta de garantía de que usamos todos los medios tecnológicos disponibles para proteger la privacidad", señaló el ex presidente.
Durante los primeros paneles celebrados ayer en el hotel Copacabana Palace, Clinton encabezó discusiones sobre cómo América latina podría aprovechar mejor la última década de crecimiento económico para reducir las desigualdades y mejor la inclusión social.
"América latina sigue siendo la región más desigual del mundo en términos de distribución de sus ingresos", destacó Clinton, durante la sesión inaugural del evento, donde compartió el escenario con Rousseff; con la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la mexicana Alicia Bárcena; la presidenta de General Motors Argentina, Isela Costantini; el vicepresidente ejecutivo del banco brasileño Itaú, Ricardo Villela Marino, y el presidente del Instituto por la Libertad y la Democracia, el economista peruano Hernando de Soto..

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