Algunos casos destacados de Marketing de Guerrilla
Que tan rapido puede correr el Batimovil? el sueño de todo hombre, incluso de los corredores de carreras.
Un encierro en San Fermín muy especial, dos toros rojos, el Red Bull de David Coulthard y el Toro Rosso de Sebastien Bourdais, protagonizaron un curioso encierro en San Fermín, en el que los mozos corrían delante de los monoplazas para promoción de la marca de bebidas…
No se trata de nada nuevo. Ya en 1929, Edward Bernays, padre de las relaciones públicas y sobrino de Freud, llamó a la prensa neoyorquina con un soplo: durante una manifestación feminista se iban a encender las antorchas de la libertad. Cuando llegaron los fotógrafos, las “feministas” (modelos contratadas) prendieron cada una un Lucky Strike (el cliente de Bernays). Ver mujeres fumando en público era todavía un tabú, así que la foto salió en todos los medios y hubo un anunciante satisfecho más.
Máximo impacto, mínima inversión. El “marketing de guerrilla”, término acuñado en 1984 por Jay Conrad Levinson, piensa fuera del tiesto para llegar de otra manera a un público que lo ha visto todo, bombardeado por unos 3.000 mensajes publicitarios al día. La clave de la publicidad guerrillera es que no parece publicidad. Cuando ataca deja al público pensando qué es lo que ha visto. Intriga, sorprende, transgrede, hace sonreír y generalmente ocurre en la calle.
Todos sabemos que el Marketing de Guerrilla es un conjunto de técnicas de comunicación no convencionales que consisten en obtener el máximo de visibilidad con el mínimo de inversión. El Marketing de Guerrilla participa de muchas estrategias de mercado para poner en escena acontecimientos/actuaciones/performance/acciones que se dirigen a la integración de la imagen de la empresa. El Marketing de Guerrilla se aprovecha de la necesidad de la innovación de la comunicación en los medios y de la permeabilidad de sus mecanismos para promover las ideas, marcas o productos. El Marketing de Guerrilla inyecta en diferentes sistemas (reales o virtuales) conceptos virales que se auto-multiplican en la mente de los consumidores.
No hay formatos ni reglas. La agencia BBDO colocó decenas de brazos de plástico colgando de los maleteros de taxis neoyorquinos para promocionar Los Soprano. En el aeropuerto de Johannesburgo, colocaron docenas de huevos en las cintas transportadoras de equipaje para dar a entender lo requetebién que Virgin trata las maletas. Kirshenbaum Bond pagó a actores para que comentasen espontáneamente en los bares de moda lo fabulosa que era la nueva bebida de su cliente. La guerrilla es barata e impactante, ¿ideal para los tiempos de crisis que los presupuestos de marketing empiezan a sufrir? también
Via: http://marketing.blogs.ie.edu
este otro esta bueno, promocionaron un ZOO en las carnicerías, les entregaron papel para envolver la carne ...con Leones.
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